Revista Pulsiones Año I Para saber en dónde estamos parados… por Eddy W. Hopper

 

 

Pintura de Zdzisław Beksiński

 

Por favor, ni ahora ni el año que viene -que hay elecciones de medio término- no empiecen con el remanido discurso de que "no culpemos a la gente" y que "tenemos que ponernos a pensar qué hicimos mal".

Sí, LA GENTE TIENE LA CULPA. Porque o votó con odio y soberbia (la clase media) o traicionó como el peor traidor (todos aquellos que crecieron con la AUH y la multiplicación de derechos, y votaron a Milei).

Quizás no convenga decirlo para que no se "pianten" los votos; pero no es de otra manera. Quizás no TE convenga decirlo; a vos, que tenés otras intenciones.

La gente adhirió voluntariamente al discurso de los medios, que construyó como hegemónicos. Los medios NO SON "hegemónicos por naturaleza". Los medios se hacen hegemónicos porque hay una mayoría aplastante que los "consume", como se dice ahora.

No es que invierten muchísima plata y esa inversión les permite "instalarse en el mercado": si yo construyera un cine que cuesta 100 millones de dólares y que no pasa "películas populares", lo más probable es que muy poca gente venga, porque por más caro que sea el lugar, la película no les gusta y decidirán irse a otro lado.

Las personas TOMAN DECISIONES SABIENDO LO QUE ESTÁN HACIENDO. Que después se hagan las tontas, es harina de otro costal.

La gente votó a Macri y a Milei SABIENDO quiénes eran Macri y Milei; y QUERIENDO votarlos, incluso por comparación con representantes de otras fuerzas políticas, a las que despreciaban y aun desprecian. Por lo menos unas 20 veces en los últimos 9 años, los votaron.

Sería injusto que les neguemos responsabilidad en la destrucción de lo que este país era en 2015, luego de 12 años de crecimiento continuo y de creación de derechos para TODOS. Toda esa gente -toda esa porquería que votó por odio o por soberbia o por traición- quedaría impune, como quedarán impunes otras personas con responsabilidades funcionales que también contribuyeron a la debacle.

Y finalmente nosotros, los de abajo, no tenemos que ponernos a pensar absolutamente nada. Nada tenemos que "replantearnos" ni reflexionar "en qué nos equivocamos" los que acatamos las directivas "de arriba" sin ninguna pretensión más allá de la militancia; los que votamos gente que a la larga también traicionó, porque tenía un proyecto personal, como muchos de los que transformaron el Movimiento en una cadena de kioscos.

Entonces: sí culpemos a la gente y no nos torturemos, desde la militancia obediente, intentando elucubrar qué hicimos mal. Vos, que te levantaste a las 5 de la mañana para estar dando un desayuno en un barrio a las 7; vos, que pusiste el cuerpo en una marcha frente a la policía que te sacaba fotos y que no tenés "espalda" para zafar; vos, que acompañaste en todas porque perseguiste tu ideal político, no tenés NADA que replantearte, porque no hiciste NADA mal.

Todo eso, como primer paso para saber en dónde estamos parados.

Cuando alcancemos esa consciencia, con anclaje en la realidad y la verdad más dura y dolorosa, vamos a generar un espacio virtuoso desde donde se puedan tomar decisiones de calidad.

Basta de hipocresía, y basta de versos.

 

 


*Eddy W. Hopper. Abogado

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