Revista Pulsiones Año I Introducción a los MOVIMIENTOS ARTÍSTICOS Segunda Entrega. Siglo XX Hasta nuestros días
Fuente HA!
https://historia-arte.com/movimientos
Art Nouveau
1890–1905
Todo sale del gran libro de la naturaleza; las
obras de los hombres son ya un libro impreso (Antoni Gaudí)
Es la renovación artística desarrollada a
caballo entre los siglos XIX y XX. Era el fin de siècle o
la belle époque.
Dependiendo del país se conoció como Art
Nouveau , Jugendstil, Sezession, Modern Style, Nieuwe Kunst , Liberty o Floreale
y Modernismo.
Todas hacen referencia a la intención de crear
un arte nuevo, joven, libre y moderno. Una vez más, y como todos los
movimientos, una ruptura con lo anterior, teniendo presente una idea
clara: «el futuro ya ha comenzado»
Se valora lo artesanal aunque sin renunciar a
los avances industriales, y se repira una aspiración de democratizar la belleza
o socializar el arte. Para ello se potenció la idea de que hasta los objetos
más cotidianos deben tener un valor estético, además de ser accesibles a
toda la población. Por eso empiezan a hacerse visibles todo tipo de objetos
útiles en la vida cotidiana, incluido el mobiliario urbano, que pasó a tener
gran importancia (kioscos, estaciones de metro, farolas, papeleras, urinarios…).
Desaparece así la jerarquía de artes mayores y
menores. Tiene el mismo valor un edificio que una joya, un cartel que un
cuadro. De hecho, los propios artistas realizan los marcos para sus cuadros,
los arquitectos diseñan también los muebles.
Estéticamente hay una
evidente inspiración en la naturaleza: vegetales y las formas
orgánicas se entrelazan con el motivo central; la línea recta no interesa, se
prefieren las curvas y la asimetría; todo es más sensual, buscando complacer a
los sentidos.
Es así que flores, hojas, tallos retorcidos,
insectos, cabellos femeninos, rellenan todo el espacio (horror vacui).
Artistas Representativos: Gustav Klim, Ramón
Casas, León Bakst
Ramón Casas. Joven decadente
Art Decó
1900–1945
Desarrollado en París y más tarde
cultivado en Hollywood como el estilo de las estrellas, fue durante
años el símbolo del glamour.
El punto álgido del Art Decó fue en
el periodo entre las dos guerras mundiales y unió a todas las artes
(decorativas, gráficas, arquitectura, joyería, escultura, pintura, cine…) en un
amalgama de difícil definición que engloba desde gigantescos rascacielos a
pequeños objetos, incluyendo iconos tas reconocibles como el Oscar de Hollywood
o el robot de Metropolis (1927)
de Fritz Lang.…
Todo lo tocó, influyendo en la cultura de su
tiempo y guiando la estética en nuevas y revolucionarias direcciones. El diseño
industrial, la tipografía, la publicidad o la moda no serían iguales sin este
movimiento.
Se juntan muchos estilos y movimientos
vanguardistas para crear un estilo de la «edad de la máquina», menos
orgánico que el Art Nouveau, por
lo que ahora las líneas son rectas y gusta la simetría.
El Art Decó es monumentalidad tomada
del Antiguo Egipto, ingeniería aerodinámica e iluminación eléctrica tomada
del futurismo, las
formas fraccionadas del cubismo, los colores fauvistas, la
geometrización de la Bauhaus…
Este marcado eclecticismo (porque de
eso se trata el Art Decó) es fiel a su época de grandes cambios
tecnológicos, políticos y sociales. Es burgués (casi puramente decorativo) y
nos habla del progreso, la elegancia, lo opulento, lo exagerado, casi como una
reacción contra la austeridad forzada a causa de la Primera Guerra Mundial.
El Art
Decó es hedonista: una vía de escape ideal para fiestas con jazz
y cocaína.
Evidentemente entró en decadencia con la II
Guerra (si es que alguna vez no fue un arte decadente), pero aún hoy se hacen
cosas de ese estilo, que nunca dejó de existir desde entonces.
Artistas Representativos: Tamara de Lempicka,
Fritz Lang, Paul Landowki, Zinaida Serebiakova
Tamara de Lempicka Muchacha con guantes
Fauvismo
1905–1908
La primera vanguardia. El muy conservador
crítico Louis Vauxcelles escribe: «Donatello parmi les
Fauves» (Donatello entre las fieras) cuando ve la exposición del Salón de
Otoño de 1905.
Fauvismo es liberar el color con
respecto al dibujo, ignorar claroscuros y perspectivas, expresar sentimientos…
Era gente inconformista, que como todo buen artista de vanguardia, quiere
liberarse de todo lo anterior y no ser sumiso ante la herencia pictórica.
El color es la clave, directamente del
tubo, obviando la mímesis y aplicándolo en toques rápidos y vigorosos, dotando
a la obra de una sensación de espontaneidad.
Au centre de
la salle, un torse d’efant, et un petit buste en marbre, d’Albert Marque, qui
modèle avec un science délicate. La candeur de ces bustes surprend, au milieu
del’orgie des tons purs: Donatello chez les fauves…
(En el centro de la sala, un torso de
niño y un pequeño busto en mármol de Albert Marque, que modela primorosamente.
El candor de esos bustos sorprende en medio de la orgía de tonos puros:
Donatello entre las fieras…)
Artistas Representativos: Henry Matisse,
Benjamín Palencia, Albert Marquet, Maurice Vlaminck
La Alegría de vivir de Henry Matisse
Futurismo
1909–1920
Manifiesto futurista
Queremos cantar el amor al peligro,
al hábito de la energía y a la temeridad.
El coraje, la audacia y la rebeldía
serán elementos esenciales de nuestra poesía.
La pintura y el arte ha magnificado
hasta hoy la inmovilidad del pensamiento, el éxtasis y el sueño, nosotros
queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril, la carrera, el
salto mortal, la bofetada y el puñetazo.
Afirmamos que el esplendor del mundo
se ha enriquecido con una belleza nueva: la belleza de la velocidad. Un coche
de carreras con su capó adornado con grandes tubos parecidos a serpientes de
aliento explosivo… un automóvil rugiente que parece que corre sobre la metralla
es más bello que la Victoria de Samotracia.
Queremos alabar al hombre que tiene
el volante, cuya lanza ideal atraviesa la Tierra, lanzada ella misma por el
circuito de su órbita.
Hace falta que el poeta se prodigue
con ardor, fausto y esplendor para aumentar el entusiástico fervor de los
elementos primordiales.
No hay belleza sino en la lucha.
Ninguna obra de arte sin carácter agresivo puede ser considerada una obra
maestra. La pintura ha de ser concebida como un asalto violento contra las
fuerzas desconocidas, para reducirlas a postrarse delante del hombre.
¡Estamos sobre el promontorio más
elevado de los siglos! ¿Por qué deberíamos protegernos si pretendemos derribar
las misteriosas puertas del Imposible? El Tiempo y el Espacio morirán mañana.
Vivimos ya en lo absoluto porque ya hemos creado la eterna velocidad
omnipresente.
Queremos glorificar la guerra – única
higiene del mundo-, el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los
anarquistas, las ideas por las cuales se muere y el desprecio por la mujer.
Queremos destruir los museos, las
bibliotecas, las academias variadas y combatir el moralismo, el feminismo y
todas las demás cobardías oportunistas y utilitarias.
Cantaremos a las grandes multitudes
que el trabajo agita, por el placer o por la revuelta: cantaremos a las mareas
multicolores y polifónicas de las revoluciones en las capitales modernas;
cantaremos al febril fervor nocturno de los arsenales y de los astilleros
incendiados por violentas lunas eléctricas; a las estaciones ávidas devoradoras
de serpientes que humean, en las fábricas colgadas en las nubes por los hilos
de sus humaredas; en los puentes parecidos a gimnastas gigantes que salvan los
ríos brillando al sol como cuchillos centelleantes; en los barcos de vapor
Es desde Italia donde lanzaremos al
mundo este manifiesto nuestro de violencia atropelladora e aventureros que
huelen el horizonte, en las locomotoras de pecho ancho que pisan los raíles
como enormes caballos de acero embridados de tubos y al vuelo resbaladizo de
los aviones cuya hélice cruje al viento como una bandera y parece que aplauda
como una loca demasiado entusiasta, incendiaria, con el cual fundamos hoy el
«futurismo», porque queremos liberar este país de su fétida gangrena de
profesores, de arqueólogos, de cicerones y de anticuarios.
Ya durante demasiado tiempo Italia ha
sido un mercado de antiguallas. Nosotros queremos liberarla de los innumerables
museos que la cubren toda de cementerios innumerables.
Filippo Tommaso Marinetti, «Le
Figaro», 20 de febrero de 1909.
Artistas Representativos: Giacomo
Balla, Gino Severini, Tulio Crali
Pesimismo y optimismo de Giacomo Balla
Expresionismo
1905–1933
La forma en que uno ve depende también de un
estado emocional de la mente. Esta es la razón por la que un motivo puede ser
visto de muchas maneras, y esto es lo que hace que el arte sea tan interesante.(Munch)
El expresionismo fue un movimiento
de vanguardia surgido en Alemania a principios del siglo
XX, coincidiendo con el fauvismo francés, con
el que tiene no pocos puntos en común (rechazo de la mímesis, colores
violentos…)
Sin embargo difiere de este movimiento por
tener un matiz más pesimista, más feo, por así decirlo, ya que los
expresionistas alemanes no escatimaron en mostrar lo morboso, lo prohibido, lo
obsceno…
El expresionismo viene a ser
una deformación de la realidad para expresarla de forma
más subjetiva (aunque en definitiva, esa puede ser una definición
válida del arte: una deformación de la realidad…). Se quieren
mostrar sentimientos, emociones, algo que ilustre la naturaleza y el
ser humano.
Expresionistas, como deformadores de la
realidad, los hubo desde los principios del arte (ahí tenemos los casos
de Bruegel, Goya, Van Gogh o El
Greco, por citar solo algunos), pero
fue en esta atmósfera pre-bélica de Alemania cuando artistas de tendencias muy
diversas y diferente formación y nivel intelectual se unieron para la creación
de un arte más personal e intuitivo, donde predominase la visión interior
del artista —la «expresión»— frente a la plasmación de la realidad —la
«impresión»—.
Tenemos así temáticas oscuras y
sórdidas: la soledad, la miseria, la muerte, el sexo… Una forma de
reflejar la amargura existencialista de esos años, con una visión
trágica del ser humano en la que el individuo va a la deriva en la sociedad
moderna, industrializada, donde se ve alienado, aislado… ¿Os suena…?
Hoy sigue existiendo el expresionismo… Nunca
se fue del todo, sin embargo como corriente artística concreta y estéril
debemos dividirla en cuatro periodos, cuatro escuelas artísticas que influyeron
notablemente en todo el arte posterior:
Etapa pre-expresionista: Dos figuras
abrieron la puerta al expresionismo años antes que los jóvenes
alemanes: Munch en Noruega y Ensor en Bélgica fueron
pioneros en mostrar lo grotesco y lo extraño. En definitiva la disección del
alma humana.
Die
Brücke: (El puente). En 1905 nace
en Dresde «un puente para sentar las bases de un arte de
futuro». El grupo Die Brücke, liderado por Kirchner, pretendió
influir en la sociedad destruyendo las viejas convenciones, dejando a la
inspiración fluir libre y dando expresión inmediata a las presiones emocionales
del artista. Un poco de crítica social los convirtió en enemigos número 1 de la
juventud alemana… y ya sabemos lo que le gusta a la juventud los enemigos Nº1.
El color y sus temas fueron las herramientas para ello: obras
angustiosas, marginales y desagradables. También las técnicas: les interesaban
las obras gráficas ásperas como la xilografía, con la que podían
plasmar su concepción del arte de una manera directa, dejando un aspecto
inacabado, bruto, salvaje, cercano al primitivismo que
tanto admiraban.
Der Blaue Reiter: (El jinete azul). Surgió
en Múnich en 1911, agrupando a artistas con una determinada visión
del arte, en la que imperaba la libertad creadora y -otra vez- la
expresión personal y subjetiva de las obras.
Distaban de Die Brücke por no tener una actitud tan temperamental,
una plasmación casi fisiológica de la emotividad. Der Blaue
Reiter pretendían ser más refinados y espirituales, pretendiendo captar la
esencia de la realidad a través de la purificación de los instintos. En vez de
deformar, optaron por depurar, llegando así a la abstracción.
Finalmente hay que citar aparte el
expresionismo libre de la Escuela de París, a un grupo de gentes aún más variopinta
que se crió en ese caldo de cultivo que fue el París de entreguerras (1905–1940).
Como esponjas que eran, chuparon de todos los
estilos habidos y por haber, incluido el expresionismo. Pululando por
Montmartre y Montparnasse, los expresionistas de París vivían una vida mísera y
bohemia - fueron conocidos como «les maudits» (los malditos) - y crearon
un arte heterodoxo, generalmente bohemio y torturado.
Artistas Representativos: Evard Munch, Francis
Bacon, Anselm Kiefer, Baldomero Romero Ressendi, Marc Chagall
El Trauma de Edvard Munch
Cubismo
1907–1917
El crítico Louis Vauxcelles ya había
bautizado a los fauves. En
1908 visitó una exposición de Braque y
escandalizado escribe: «Son geómetras ignorantes, que reducen el paisaje y
el cuerpo humano a ínsipidos cubos».
Estas «bizarreries
cubiques» pondrían nombre al movimiento.
En realidad, en el cubismo no hay
cubos. Más bien todo lo contrario.
El cubismo consiste reconocer la naturaleza bidimensional del
lienzo y no recrear la tridimensionalidad (cosa que precisamente
pretende una figura como el cubo).
Para mirar un cubo, hace falta un sólo punto
de vista, y lo que querían artistas como Braque o Picasso, inspirados por Cézanne, es
mirar un objeto desde todos los puntos de vista posibles. Para entendernos, es
como desmontar una caja de cartón y dejarla completamente abierta en una
superficie plana, mostrando todo a la vez, y entrelazado.
Pero a pesar de ser pintura de vanguardia, los
géneros que pintan los cubistas son de lo más clásico: bodegones, paisajes,
retratos…
Artistas Representativos: Pablo Picasso,
George Braqué, Fernand Leger, María Blanchard
Las Señoritas de Avignon de Pablo Picasso
Dadaísmo
1916–1923
Dadá no significa nada. Si alguien lo
considera inútil, si alguien no quiere perder su tiempo con una palabra que no
significa nada… El primer pensamiento que revolotea en esas cabezas es de
índole bacteriológica…(Tzara)
Una de las múltiples leyendas sobre el origen
del nombre dice que el porte Tristan Tzara abrió un diccionario y
encontró esa palabra al azar.
Y ese sea quizás lo más importante del
dadaísmo: el caos, el azar… y tirando hacia lo gamberro, hacia lo escandaloso.
Nada hacía más feliz a un dadaísta que escandalizar a un burgués.
Dadá es anti-todo. Anti-arte,
anti-literatura, anti-dadá incluso…
Dadá es destrucción. Una destrucción creativa
si se quiere, pero destrucción. Quizás por ello no duró demasiado como
movimiento.
Sin embargo, este mensaje se expande, y poco a
poco va repercutiendo en todos los campos artísticos. El caos, el azar, lo
imperfecto… eso es la belleza. Después de todo, ¿no es así la vida real?.
Los ecos del dadá retumban fuertes aún hoy en
día y su influencia se percibe claramente en corrientes culturales posteriores:
el surrealismo (una
especie de dadaísmo con consistencia teórica), los situacionistas de los 50
(vandalismo, graffitti, slogans…), el Arte
Pop, los Hippies, el Punk
(nihilisimo, provocación, molestar a los padres, tipografías…), el Street
Art, lo posmoderno… Todos
deudores del sinsentido dadaísta.
Tristan Tzara había encontrado la palabra
Dada el 18 de febrero de 1916 a la seis de la mañana. Estaba presente con mis
doce hijos cuando Tzara pronunció la palabra por primera vez… Ocurrió en el
café de la Terrasse en Zurich y en ese momento tenía una brioche en mi orificio
nasal izquierdo…
Artistas Representativos: Francis Picabía,
Maurizio Castellan, Marcel Duchmap, Max Ernest, Man Ray
Máscara Abierta de Francis Picabía
Nueva
Objetividad
1919–1933
El crítico Gustav Friedrich
Hartlaub acuña el término Die Neue Sachlichkeit en 1923 y
afirma: «el objetivo es superar las mezquindades estéticas de la forma a
través de una nueva objetividad nacida del disgusto hacia la sociedad burguesa
de la explotación» o «…lo que aquí estamos mostrando se distingue por las, en
sí mismas puramente externas, características de la objetividad con la que los
artistas se expresan ellos mismos…».
El grupo Neue Sachlichkeit (Nueva
Objetividad) reaccionó contra el expresionismo y vuelve a una figuración
«realista». Entrecomillamos realista porque es una plasmación
objetiva de la realidad, con acento en lo social. Objetiva en el sentido
de ser menos experimental en cuanto a búsqueda de nuevos lenguajes, menos
introspectiva, y de ser más comprometido y directo.
Y lo objetivo para esta gente no es restarle
el carácter grotesco de deformación de la realidad y caricaturización del
expresionismo. Todo lo contrario.
Quiere ser un arte útil para el
desarrollo de la sociedad, y por ello ilustraron la realidad de la
posguerra alemana. Mucha denuncia social para desenmascarar la sociedad
burguesa, para condenar a los políticos y militares que llevaron Alemania
al desastre de la guerra.
De poco sirvió… 10 años después de su
creación, la Alemania Nazi acaba con el movimiento.
Pero, hombre, ¿por qué pintas eso? Nadie
quiere colgarlo. Nadie quiere verlo. Sí, qué sentido tiene en realidad todo
eso. Pero tú vas y lo pintas. Las malditas putas y las malditas beldades ajadas
y todas esas tristezas de la vida. Quién diablos va a disfrutar con eso. A
nadie le gusta. No hay galería que quiera exhibirlo. Para qué lo pintas… Bueno,
tengo que decirlo: Prefiero seguir a mi voz interior, que me lleva a alguna
parte sin que me diga qué sentido tiene…
Artistas Representativos: Otto Dix, Max
Beckman, Franz Fiedler, Ángela Santos
La Monja de Otto Dix
Suprematismo
1913–1922
Para mí se hizo evidente que había que crear
nuevos marcos para la pintura en colores puros, construidos por exigencia de
los colores; y, en segundo lugar, que el color debería abandonar la mezcla
pictórica y convertirse en un factor independiente, que se incorpora a la
construcción como un individuo de un sistema colectivo y de la independencia
individual. (Kazimir
Malevich)
Por mucho que no se diga, los rusos fueron
pioneros en arte en los primeros años del siglo XX. Y uno de los creadores más
vanguardistas de esos primeros años fue el pintor Kazimir
Malévich, que promovía nada menos que la abstracción.
Un universo sin objetos. Sin indicio visual
posible. Arte no descriptivo. Quizás conseguir representar «la
nada», que viene a ser representarlo todo.
Pero… ¿cómo representar la nada?. Pues
sencillamente no se puede, pero sí se puede crear arte centrado sólo en las
propiedades físicas de la propia obra. De esa manera quizás el espectador
podría llegar a la pura y simple sensación.
Los suprematistas simplifican, ordenan todo,
reducen los colores y, así, quizás los espectadores de una obra nos olvidemos
que estamos ante una representación, sino ante todo el universo reducido
en un cuadrado.
Artistas Representativos: El Lissitzky, Luibov
Popova, Kazimir Malévich
Provincia de Kazimir Malévich
Constructivismo
1915–1935
Las calles son nuestros pinceles, las plazas
nuestras paletas…
Vladímir Mayakovsky: El suprematismo estaba
muy bien, pero ¿era útil para el pueblo ruso, en su mayoría analfabeto?.
La respuesta era evidente. Ni siquiera hoy en
día entendemos de todo lo que querían decir esos místicos radicales
experimentando con geometrías.
Lo que había que hacer es llevar el
suprematismo a las masas y que el arte trascendiera la ideología política.
El constructivismo supuso una identidad
visual para el comunismo soviético y tuvo como objetivo principal llevar el
arte al pueblo rescatándolo de las élites.
Eso no significa en modo alguno el cese de la
experimentación. Los constructivistas se centraron en todos los ámbitos
creativos y exprerimentaron con todas las disciplinas, técnicas y nuevas
tecnologías, además de continuar la experimentación geométrica suprematista.
Más que arte para ser mostrado en una galería
burguesa, el constructivismo hizo arte para el pueblo mezclando todas
las artes en un amalgama utópico de diseño, ingeniería, arquitectura,
pintura, escultura…
Artistas Representativos: Alfred Letter,
Vladimir Tatlin, Helio Gómez, Varvara Stepanova
Marinero de Vladimir Tatlin
Arte
Abstracto
1910
El arte abstracto es el contrario del
figurativo (es decir, la representación de objetos identificables mediante
imágenes reconocibles). Por tanto la abstracción no
representa «cosas» concretas de la naturaleza sino que propone
una nueva realidad. Propone un «arte puro» mirando más allá de
nuestra realidad.
Si bien desde el primer arte elaborado por el
ser humano ya tenemos ejemplo de abstracción (desde las cuevas prehistóricas
hasta las decoraciones en iglesias románicas), es
oficialmente Kandinsky el primero en teorizar sobre esto (aparte
tenemos a los neoplasticistas o a los suprematistas, y un poco antes figuras
aisladas como la de Hilma af Klint).
El arte abstracto existe
independientemente de la realidad, la aleja. El arte abstracto no
representa nada en realidad, pero como eso es imposible (¡hasta un lienzo
en blanco representa algo!) los artistas abstractos tiraron (tiran) por dos
vertientes diferenciadas:
Por un lado al arte abstracto
expresivo: subjetivo y espontáneo, improvisado a veces, donde
el protagonismo es de la expresividad del artista, que prescinde de
estructura y se vuelca en el gesto, el material y el sentimiento que provoca la
obra. Es por tanto altamente ambiguo e interpretable.
Por otro está el arte abstracto
geométrico: que pretende ser objetivo y universal, planificado, en la que
la composición es estructurada y que evita toda expresividad mediante el uso de
la geometría. Suele defender una factura impersonal y pretende evocar
claridad y precisión.
Una cosa se me hizo manifiesta: que la
objetividad, la descripción del objeto, no era necesaria en mis pinturas y que
en realidad les perjudicaba…
Artistas Representativos: Wassily Kandinsky,
Paul Klee, Henry Moore, Alexander Calder
Composición IV de Wassily Kandinsky
Pintura
Metafísica
1911
Hay más misterio en la sombra de un hombre
caminando en un día soleado, que en todas las religiones del mundo (Giorgio de Chirico)
La pintura metafísica (en
italiano: Pittura metafísica) es un movimiento artístico genuinamente
italiano que quiere mostrar pictóricamente una atmósfera onírica ubicada en
plazas italianas desiertas, mezcladas con casuales yuxtaposiciones de objetos,
enlazando todo con la mente inconsciente, más allá de la realidad física,
de ahí el nombre metafísica. Evidentemente esto fue un influencia determinante
para el movimiento surrealista que
surgiría años después.
Lo metafísicos pretendieron explorar
la vida interior del subconsciente mezclada con objetos
cotidianos representados fuera de los contextos habituales. Esto da lugar
a una especie de sueño pintado, un sueño bastante lúcido teniendo en
cuenta el naturalismo de los objetos y arquitecturas, y el ser representados en
espacios concretos.
Se muestra una realidad ilógica pero
verosímil. Una lógica alternativa, por así decirlo. En medio de una guerra
mundial, los artistas muestran espacios misteriosamente quietos y tranquilos,
silenciosos. Como apacibles sueños en color.
Artistas Representativos: Giorgio de Chirico,
Felice Casorati, Giorgio Morandi
El Profeta de Giorgio de Chirico
Surrealismo
1924–1966
El hombre que no puede visualizar un caballo
al galope sobre un tomate es un idiota (A. Breton)
André Breton fue el gurú del surrealismo.
Poeta de vocación, se unió al dadaísmo, pero al perder fuelle este movimiento
decidió que había que continuarlo mediante una base teórica sólida.
Breton había sido camillero en hospitales
psiquiátricos durante la guerra, y ahí conoció tanto la obra de Sigmund
Freud como conoció la extraña realidad oculta tras la locura.
Breton quería, con esa locura como
herramienta, unir eso de Rimbaud de «cambiar la vida» con
eso de Marx de «transformar el mundo». Nace así el
surrealismo que según su líder «se basa en la creencia en la realidad
superior de ciertas formas de asociación desdeñadas hasta la aparición del
mismo y en el libre ejercicio del pensamiento. Tiende a destruir
definitivamente todos los restantes mecanismos psíquicos y a sustituirlos en la
resolución de los principales problemas de la vida».
En principio, esta vanguardia, aún viva hoy en
día, quería incorporar los conceptos psicoanalíticos de Sigmund
Freud a la mentalidad Dadá.
De Freud interesaba sobre todo su
investigación sobre el importante papel del subconsciente en el comportamiento
humano, y por tanto en su faceta creativa.
Por ello los surrealistas empezaron
a dejar al subconsciente trabajar, ya fuera mediante escritura o
pintura automática, por plasmar sueños, por regresar a
la infancia… en definitiva por ser libre y espontáneo.
Acceder al subconsciente significaba
mostrar pensamientos y deseos indecorosos, plasmar imágenes chocantes para
exponer la depravación del ser humano, disfrazado de civilizado por la sociedad
burguesa.
El surrealismo en el arte
En sus comienzos el surrealismo era un
proyecto esencialmente literario, pero poco a poco fue infectando a las demás
disciplinas artísticas (pintura, escultura, fotografía, cine…).
Como eso del subconsciente es
algo tremendamente personal, no hay un «estilo surrealista». Cada
autor lo vivía a su manera, pero podemos distinguir en líneas generales dos
formas de arte surrealista:
Una automática, espontánea y fluída, con universos
figurativos propios.
Una naturalista, que muestra con figuración a
veces hiperrealista el mundo de los sueños y el inconsciente.
El arte surrealista suele
ser incongruente, onírico y muy original, en el sentido que
el artista muestra su faceta más individual, aunque es curioso, pues el arte
surrealista tiene algo universal, que todos podemos entender. Hasta
los niños pueden captar si algo es surrealista o no.
Con el movimiento ya establecido en los años
30, y con los más extraordinarios artistas apoyándolo, Breton se
convirtió en una especie de papa. Tan celoso era de la pureza de su teoría que
realizaría purgas a todo aquel que cuestionara sus postulados.
Serían expulsados del movimiento figuras tan
brillantes como Dalí o Artaud.
Artistas Representativos: Joan Miró, Salvador
Dalí, Remedios Varo, Urbano Lugris
El Gran Masturbador de Salvador Dalí
Orfismo
1911–1914
Guillaume Apollinaire bautiza en 1913 a
esta tendencia colorista y abstracta del cubismo parisino que exalta ante todo el color y
la luz. Lo hace en parte para distanciarse del frenesí futurista que estaba arrasando París y que él
consideraba «una bobada».
El Orfismo viene
de Orfeo, tan virtuoso con la lira que conectaba con el alma. El arte
de esta gente pretendía precisamente eso: cuadros que vibraran en armonía y
tono, como una composición musical.
Esto conecta con los postulados del arte abstracto, que se había inspirado en
la música, y de hecho el orfismo es considerado
una pre-abstracción, ya que la música, sino está acompañada de
palabras, es absolutamente abstracta.
Prescindir de elementos figurativos y trabajar
solo con color y luz, ese era la idea. De hecho, en las obras orfistas a veces
no se sabe de qué se está hablando. A veces son formas indefinibles en las
que el color es el único tema del cuadro, por lo que están incluidas
en el eterno debate de cuál fue la primera obra abstracta.
Artistas Representativos: Sonia Delaunay,
Robert Delaunay, Natalia Goncharova,
Ritmo Color de Sonia Delaunay
Neoplasticismo
1917–1931
O constructivismo holandés también
llamado De Stijl. Es un nuevo (neo) enfoque de las artes plásticas
(plasticismo) basado en relaciones universales.
¡Qué difícil es destilar todo lo que sabemos y
sentimos en un sistema simplificado! Pues eso intento Piet
Mondrian. Uniendo cubismo y teosofía, reivindicó
un proceso de abstracción progresiva donde las formas se irían
reduciendo a líneas rectas horizontales y verticales, y los colores a los tres
primarios, el blanco y el negro.
No existe la profundidad, no existe ningún
tipo de referencia figurativa, no existe ni siquiera una simbología. El
neoplasticismo es arte puro: línea y color, unidas en un mismo
espacio.
Para los neoplasticistas era imprescindible
rechazar cualquier motivo reconocible, no se debía imitar la vida real.
Consideraban que el arte forma ya parte de la vida real, así que no
es necesaria su imitación.
La abstracción en este y otros
estilos, coincidentes en el tiempo en Europa, era una forma de contribuir a un
mundo nuevo y mejor después de una horrible guerra mundial… Aunque quedaba por
venir otra…
Artistas Representativos: Piet Mondrian, Peter
Keler
Sommerliches Farbspiel de Peter Keler
Precisionismo
1920–1932
Los Precisionistas nunca se
organizaron formalmente como grupo o emitieron ningún manifiesto. Sin embargo
eran colegas, amigos y tenían mucho en común en cuanto a estilo y temática.
Alrededor de 1920, varios artistas en los
Estados Unidos comenzaron a experimentar con un enfoque altamente controlado de
la técnica y la forma. Un enfoque muy preciso.
Redujeron sus composiciones a formas
simples y estructuras geométricas, optaron por contornos claros y un
manejo suave de las superficies, y eliminaron lo accesorio dejando sólo los
detalles mínimos.
Es evidente en el precisionismo la influencia
de ciertos fotógrafos estadounidenses, como Paul
Strand, que utilizaban el enfoque e iluminación nítidos, puntos de vista
inesperados, paisajes de un realismo casi mágico, y énfasis en la forma
abstracta del tema.
El precisionismo robó de Europa, por
supuesto, desde las simplificaciones geométricas del cubismo, hasta la celebración tecnológica y las
composiciones dinámicas del futurismo. Incluso el dadá, ya que los
precisionistas acabarían derivando todos en la sucursal norteamericana de este
movimiento.
Pero los Precisionistas se definieron a sí
mismos como artistas distintivamente estadounidenses. Paisajes
estadounidenses, la cultura regional de ese país, rascacielos y puentes
colgantes, las localidades industriales, las minas de carbón y complejos
industriales…
Incluso los motivos convencionales como una naturaleza
muerta de frutas o flores se trataron con una nueva óptica en el estilo
precisionista.
Artistas Representativos: Georgia O´Keeffe,
Charles Demuth
Amapolas orientales de Georgia O´Keeffe
Expresionismo
Abstracto
1943–1965
El artista moderno trabaja con el espacio y el
tiempo, y expresa sus sentimientos en lugar de ilustrar (Jackson Pollock)
El expresionismo abstracto fue ese
movimiento pictórico dentro de la abstracción posterior a la Segunda Guerra
Mundial y el Holocausto. Tras estos terribles acontecimientos siguió un periodo
de lógica incertidumbre y de cuestionamiento de la moral humana.
Esto da como resultado la proliferación de
obras de arte que incluían formas de creación desgarradas en las que
quedaba a un lado el goce estético tal y como se entendía hasta entonces. Un
desencanto por lo colectivo dio como resultado obras muy personales.
Se considera el primer movimiento
genuinamente estadounidense y se dice por ello que incluso fue
directamente financiado por la CIA en el contexto de la Guerra Fría. Estados
Unidos (Nueva York en realidad) había sustituido a París como capital artística
y los expresionistas abstractos cogieron el testigo de la vanguardia. El país,
líder ahora del mundo libre, necesitaba un arte propio que liderara el arte
occidental. Y qué mejor que un arte individual cuya principal característica es
la libertad.
Los expresionistas abstractos fueron unos
tipos (y tipas) fascinados por la soledad y el
proceso. Individualistas, decidieron mostrar el carácter expresivo
del arte investigando en búsquedas personales, más que colectivas. El artista
desalentado por su contexto político y social se refugia ahora en su interior y
abandona toda referencia externa. Se valora por tanto el gesto, una
especie de huella dactilar del artista, porque es algo único de cada uno. Se
potencia también la materialidad del cuadro y convierten el
proceso artístico casi en un rito religioso, siendo la pintura la prueba
documental del mismo. La improvisación formaba parte de este trance
casi místico, en el que el artista entraba en contacto directo con sí mismo.
Este automatismo podría derivar del surrealismo, que
aún estaba vivo en esos años.
Artistas Representativos: Jackson Pollock,
Barnett Newman, José Guerrero, Joan Michell
Mural de Jackson Pollock
Art Brut
1945
Claro que este arte está loco ¿Qué arte no es
loco? Cuando no está loco no es arte (Dubuffet)
El Art Brut es un término acuñado en
1945 por Jean Dubuffet para referirse al arte creado por gentes
ajenas al mundo artístico, sin una formación académica.
Según él, todos tenemos un potencial creativo
que las normas sociales anulan. Es el caso del arte creado por locos,
autodidactas, inadaptados, niños, ancianos…
Lo bello era lo contrario de todo lo vital y
estimulante. «La belleza es pura secreción de la cultura como los cálculos
lo son del riñón», decía Dubuffet. La cultura oficial era tan rígida
que ahogaba la invención y estigmatiza como carente de valor todo lo que no
entre dentro de sus excluyentes límites.
El Art Brut consiste en la ausencia
de formación artística, ignorancia de toda tradición cultural, reinvención de
las etapas del acto creador, elaboración de la obra en el anonimato y en el
desarrollo autárquico de las producciones.
Es por tanto un arte ecléctico, son
casi obras «no encasillables», y se caracterizan como un rasgo común por su
política de abstención en cuanto a toda operación comercial. El carácter
no lucrativo es una regla esencial. A nivel estético abunda de todo, pero
se podrían apreciar características comunes con el expresionismo.
Se le llamó también Arte
Marginal, fuera de los límites de la cultura oficial.
Echad un vistazo a la alucinante colección de Art Brut de Dubuffet en Lausanne.
Artistas Representativos: Miquel Barceló,
Seráphine Louis, Jean Dubuffet
Ferviente Celebración de Jean Dubuffet
Informalismo
1950–1960
Todos tenemos una M dibujada en las líneas de
la palma de la mano, lo cual remite a la muerte, y en el pie hay unas arrugas
en forma de S; todo combinado era Muerte Segura (Tapies)
Se podría considerar informalismo a
un expresionismo abstracto europeo. Pero eso sería simplificar un
poco las cosas. Y el informalismo es expresionismo y es abstracto, pero no es
exactamente expresionismo abstracto.
El informalismo aparece en Europa
después de la Segunda Guerra y su principal característica es el uso de
materiales.
Lo matérico y gestual, el azar y la
improvisación, y una base ideológica fuertemente vinculada con
el existencialismo. La subjetividad individual que
intentara mostrar el abismo interior.
La diferencia principal entre ambas
corrientes, además de lo geográfico, es que el informalismo es quizás más
poético, más íntimo que los épicos lienzos del expresionismo abstracto
americano. Es también más estático, y más discreto. No tiene una
personalidad tan consciente de su impacto en el arte. Es, por así decirlo,
«menos comercial».
Artistas Representativos: Henri Michaux,
Antoni Tapies, Miquel Barceló
Inspiración y amistad de Antoni Tapies
Nueva
Figuración
1945–1970
Quisiera que mis pinturas se vieran como si un
ser humano hubiera pasado por ellas, como un caracol, dejando un rastro de la
presencia humana y un trazo de eventos pasados, como el caracol que deja su
baba (Bacon)
La Nueva figuración es un movimiento
artístico nacido en la segunda mitad del siglo XX, y como bien dice su nombre,
es una vuelta a la pintura figurativa después de tanto expresionismo abstracto y otros tipos de abstracción.
Eso sí, es una figuración distinta, no del
todo divorciada de lo abstracto, más bien se enriquece con sus aportaciones.
Por supuesto no hay dos nuevos
figurativos iguales, pero podemos decir que la mayoría de ellos le dan el
protagonismo a la figura humana, y juegan con el expresionismo en colores, gestos, atmósferas o temas.
Destacamos en importancia a los artistas de
la Escuela de Londres, que se dedicaron a la figura en la época
culmen del arte abstracto.
Artistas Representativos: Francis Bacon,
Juárez Machado, Paula Rego, Fernando Botero
Arte, orden y azar de Francis Bacon
Arte
Cinético
1954
El término apareció por primera vez en
1920. Gabo habla en su Manifiesto Realista de «el error heredado
ya del arte egipcio, que veía en los ritmos estáticos el único medio de
creación plástica», por lo tanto quiere hacer «formas esenciales de
nuestra percepción del tiempo real».
El arte cinético es pues una
corriente de arte en que las obras tienen movimiento o parecen
tenerlo, por lo que suelen interactuar con elementos «exteriores» como
pueden ser el viento o el agua; algunos tipos de motores; e incluso la luz o el
electromagnetismo.
Destacamos tres tipos
Los estables: Son obras fijas, y es el
espectador quien tiene que rodearlas para percibir el movimiento.
Los móviles: Las obras producen un
movimiento real, y por tanto van cambiando su estructura constantemente. Siendo
«heraclitianos», a cada instante nace una obra distinta.
Los penetrables: Las obras son ensamblajes
en espacios reales y el espectador debe recorrerlas, penetrar en ellas, siendo
el espectador el productor de movimiento.
Artistas Representativos: Marcelo Duchamp,
Alexander Calder
Virgen y esposa de Marcelo Duchamp
Op-Art
1964
La geometría es capaz de representar las leyes
del universo, el camino está en la búsqueda de la geometría en el interior de
la naturaleza (Vasarely)
Es arte óptico, es decir, un estilo
exclusivamente visual que hace uso del ojo humano para engañarlo. Para
conseguir ese objetivo usa a menudo ilusiones óticas o trampantojos.
El espectador de una obra de Op-art debe
participar activamente, ya sea moviéndose o desplazándose para poder
captar el efecto óptico completamente.
No existe ningún aspecto emocional en las
obras de Op-art. Es pura ciencia (óptica) y con ello consigue efectos
estéticos utilizando desde líneas paralelas a contrastes cromáticos.
Es casi siempre un tipo de arte
abstracto, casi siempre geométrico, y casi nunca se preocupa por comunicar
un sentimiento o tocar la fibra emocional del espectador (¡a no ser que el
espectador se emocione con eso, que de todo hay…!). Busca más bien una actitud
activa por parte del observador, o más bien sólo de su ojo.
El Op-art se basaba en la percepción del
espectador, que es en realidad el único y verdadero creador de la obra.
Artistas Representativos: M.C. Escher, Víctor
Vasalery, Carmen Herrera
KEZDI-DOMB de Víctor Vasalery
Pop-Art
1955–1980
Un artista es alguien que produce cosas que la
gente no necesita tener pero que él, por alguna razón, piensa que sería buena
idea darles (Andy Warhol)
Aunque lo pueda parecer, el Pop
Art (o Arte Pop, hablemos con propiedad) no es un estúpido
movimiento en el que los artistas se ponen a crear obra fáciles para un público
lento. Si lo pensamos, es más bien un arte muy político, y muy
consciente de la realidad de nuestra sociedad de consumo. Otra cosa
es que te guste o no esa sociedad.
Los artistas pop, en realidad, documentan lo
que ven a su alrededor, con sus luces y sus sombras. Es, ni más ni menos, la
manifestación plástica de una cultura que se caracteriza por varios factores
como son el consumo vertiginoso, la tecnología, el ocio, el consumo, las modas,
la democracia… Todo fabricado, empaquetado y listo para venderse.
El arte, más que nada, es otro producto, y
para un mayor rendimiento se puede producir en serie.
Nuestra cultura es superficial, es
inexpresiva e impersonal. Es repetitiva y saturante. Es casi una religión con
sus iconos (logotipos publicitarios), sus santos (celebridades) y sus liturgias
(consumir) que nos anestesian para olvidar los problemas graves que nos
acechan.
Llegados a este punto, el arte ya no
imita la vida, sino que es la vida que imita el arte.
Y eso, amigos, es toda una revolución
artística.
El arte de mañana será popular, concebido para
las masas; efímero, con soluciones a corto plazo, prescindible, fácilmente
olvidable; de bajo coste, producido en masa; joven, dirigido a la juventud;
ingenioso; sexy; efectista; glamuroso… un gran negocio…
Artistas Representativos: Andy Warhol, Charles
Bell, Mark Ryden, Takashi Murakami
Zebra de Andy Warhol
Nouveau
Réalisme
1960–1970
¡Larga vida a lo inmaterial! (Yves Klein)
El Nouveau Réalisme (nuevo realismo)
se fundó en octubre de 1960 con una declaración conjunta de los artistas Yves
Klein, Arman, Francois Dufrêne, Raymond Hains, Pierre
Restany, Daniel Spoerri, Jean Tinguely y Jacques de la Villeglé; Después
se le unirían más artistas.
Estos tipos declararon que se habían reunido
sobre la base de una nueva conciencia de su «singularidad
colectiva». ¿Qué significa esto…? Difícil saberlo. Quizás se referían a
una unión, a pesar de, o quizás debido a, sus diferencias. Destaca en el grupo
la enorme diversidad de su lenguaje plástico, pero sí podemos ver una base
común en su trabajo: la apropiación directa de la realidad, o como
dijo el nuevo realista Pierre Restany, «un reciclaje poético de lo
urbano, industrial y publicidad de la realidad».
¿Seguimos sin tener muy claro de qué va este
movimiento? Pues digamos para intentar definirlo que este grupo de franceses
super cool pre-mayo del 68 abogaron por una estética
sociológica que pretende regresar al «realismo», ese que mostraba lo cotidiano sin ningún
tipo de idealización, pero ahora, después de todas las guerras mundiales y en
pleno establecimiento de las sociedades de consumo y las democracias liberales,
adaptado a la nueva realidad urbana, con un nuevo lenguaje descriptivo no
basado en la creación de una imagen apropiada, sino que en la presentación del
objeto elegido por el artista.
En este sentido hay paralelismos claros
con el Pop-Art, con
el que convivió, pero mucho más Europeo. De hecho, mucho más francés,
reflejando «el lado oscuro del capitalismo». El Pop mostraba el lado más
brillante y luminoso.
Los miembros del grupo veían el mundo
como una imagen, de la que ellos tomarían partes y las incorporarían a su
obra. Buscaban unir lo más posible la vida y el arte y a veces
presentaron sus obras de arte en París de manera anónima.
Tenemos desde carteles cinematográficos
rasgados (decollages), a montañas de basura y escombros amontonados, pasando
por lienzos monocromos.
Artistas Representativos: Arman, Yves Klein,
Niki de Saint Phalle
Tarot Garden de Niki de Saint Phalle
Nuevo
Realismo
1929
Mi objetivo en la pintura ha sido siempre la
transcripción más exacta posible de mi impresión de lo más íntimo de la
naturaleza. Si pudieras resumirlo en palabras, no habría ninguna razón para
pintar (Hopper)
Fue el realismo norteamericano del siglo
XX, una pintura figurativa que pretende ser realista y eficaz en su
mensaje social.
El movimiento tiene sus raíces en
el realismo del
siglo anterior, pero los tiempos habían cambiado. Estamos hablando del
siglo XX nada menos, con sus nuevas y variadas formas de arte, nuevos inventos,
nuevas ciudades, nuevos paisajes… en definitiva una nueva sociedad…
Estados Unidos había experimentado enormes
cambios y a través de la expresión artística (no sólo la pintura, también la
literatura y la música), se intentó retratar el agotamiento y la
exuberancia cultural del paisaje figurativo estadounidense. Este realismo
quiere ensalzar (o quizás criticar o exponer) a la sociedad
americana y su progreso tecnológico e industrial, y lo hace con
cierta poética.
Podemos hablar en algunos casos de
«regionalismo» al mostrar la América profunda, hasta ahora ignorada
en la historia del arte.
El Nuevo Realismo Americano muestra
el paisaje americano, rural o urbano, y lo hace de forma realista.
Tan realista a veces, que parece surrealista, o expresionista. Y de pronto, en los Estados
Unidos las obras realistas intentaron definir lo que era real.
Artistas Representativos: Norman Rockwell,
Jack Vettriano, Sylvia Sleigh, Edward Hopper
Noctámbulos de Edward Hopper
Realismo
social
1929–1955
Si lo pensamos bien, todo el realismo es
social. El nacimiento mismo del movimiento
realista francés en el siglo XIX es
debido a factores más sociales que estéticos.
Sin embargo, el realismo social es puro
siglo XX. Lo vemos mucho en literatura, como una forma de denuncia para
las barbaridades de este siglo atroz. También en el cine.
Paralelamente, nace en los Estados Unidos
un Nuevo realismo igualmente social, pero mucho más
poético y evocador, menos reivindicativo en apariencia. El realismo social
carga mucho más las tintas en los temas políticos y sociales, y además no
tenían fronteras. Como la izquierda, es un movimiento
internacional. Y por ello su arte debe ser universal. En todos los países
hay problemas, y el realismo social quiso expandir la conciencia de clase y el
conocimiento de los problemas sociales de la gente.
No se trata de mostrar la realidad. Se trata
de denuciarla. Los artistas de este movimiento estaban mayoritariamente
vinculados a la izquierda, sino eran directamente militantes.
Realismo Socialista
Por otro lado, tenemos el Realismo
Socialista, una variante del realismo social, pero depurado de toda
crítica. Aquí la denuncia no va precisamente dirigida a los gobernantes.
El Realismo Socialista acabó por ser
un arte propagandístico, el arte oficial de la Unión Soviética y otros regímenes socialistas. Es
un arte estalinista, que busca la exaltación política y por ello se
convierte en un arte institucionalizado y académico.
Artistas Representativos: Diego Rivera, Carlo
Levi, José Clemente Orozco, Cándido Portinarí
Café de Cándido Portinarí
Arte
conceptual
1960
La única pretensión del arte es el arte mismo.
El arte es la definición del arte (Kosuth)
La idea es lo importante. Esa es la base
del arte conceptual.
Pero entonces… el arte conceptual existe desde
hace siglos. Todas las obras de de arte, incluso las más decorativas, tienen
tras de sí una idea. Ahí tenemos la obra de Velázquez o
de Miguel Ángel.
Pero hay que ser conscientes de que a partir
del siglo XIX, corrientes como el impresionismo renunciaron a la idea y se centraron en
lo expresivo o lo formal. De hecho, buena parte del arte posterior se
caracterizó por ser muy formalista. Sólo hay que fijarse en el siglo XX, tan
experimental en la forma.
La cosa llegó a un punto decadente con
el expresionismo abstracto. Todo era forma y nada de contenido. Por
eso los jóvenes artistas de los años 60 deciden superar esa característica
fundamental del arte: ser un objeto.
Aparecen artistas en Estados Unidos, por
supuesto (en ese lugar sí que saben vender un producto), pero también en Asia y
Sudamérica, y por supuesto en la vieja Europa, pues en Francia e Italia algo
sabían de arte. Diferentes lugares y diferentes contextos, pero curiosamente en
todos ellos va naciendo un tipo de arte que elimina toda referencia al
objeto, y se centra en la idea o concepto como el aspecto más
importante de la obra.
Nace así el Arte Conceptual como movimiento
artístico, donde la ejecución es algo superficial. Lo realmente importante es
la planificación y las decisiones que se toman de antemano. A veces la obra de
arte conceptual es el boceto y no la obra final. Y en los años 60, eso causó
una conmoción al contemplar las posibilidades de este arte para transmitir
una idea política o social.
Pero evidentemente el arte conceptual ya
existía. Existía desde que Duchamp expuso
su urinario y
demostró que la obra artística ya no era un objeto de contemplación, sino como
un objeto de pura especulación intelectual.
Y esa es una de las principales
características del arte conceptual: No tiene que ser precisamente bonito.
Tiene que transmitir su idea.
Para transmitir una idea los artistas se
pueden valer de muchas cosas, desde las técnicas
tradicionales, hasta otras
como el texto, la fotografía, el video o la performance. A veces ni eso. A veces la obra es un
telegrama, un manual de instrucciones, una conversación o una lata de mierda.
Por supuesto este arte requiere una mayor
atención por parte del espectador, incluso su participación activa. Y su
criterio… gracias al arte conceptual, mucha mierda se ha colado desde entonces
en museos y galerías.
El arte conceptual es bueno solo si la idea es
buena (Sol LeWitt)
Artistas Representativos: Judy Chicago, Abel
Azcona, On Kawara, Vito Acconci, Yoko Ono
Birth Tear/Tear de Judy Chicago
Minimalismo
1960–1970
Menos es más (Mies Van der Rohe)
Frías, sólidas, lacónicas, austeras… Así
son las esculturas minimalistas.
Volúmenes creados en materiales industriales
que aparecen en una exposición, insondables, dominando de forma extraña el
espacio, como el monolito de «2001: Una odisea en el espacio».
El término «minimal» fue utilizado
por primera vez por Richard Wollheim en 1965 para referirse a las
pinturas de Ad
Reinhardt y a otros objetos de muy
alto contenido intelectual pero de bajo contenido de manufactura.
El minimalismo deja fuera toda emoción. Es
pura contemplación intelectual y objetiva, algo que llama la atención teniendo
en cuenta el contexto político y social de cuando nacen en los años 60.
El minimalismo es, por así decirlo, como
una performance. De alguna manera somo nosotros los espectadores los
que hacemos la obra. Esto lo explican los propios artistas minimalistas al
afirmar que estas esculturas sólo funcionan con público. Si no hay nadie,
quedan desactivadas.
El minimalismo se basa en influir en el
espacio que lo rodea y sobre todo, influir en quien está en este
espacio.
Esta característica es propia de la escultura,
sin embargo los minimalistas utilizaron con mucho cuidado la palabra
«escultura». No querían saber nada del ilusionismo que conlleva el concepto,
pues la escultura es, ni más ni menos, transformar una materia prima para
convertirla en otra cosa. El material es clave para esta gente,
mostrar simple y llanamente «el objeto».
Son obras rigurosas, muy precisas, como
materiales industriales. El artista minimal no esculpe, no suda, no le salen
callos en las manos de tallar material. El artista minimal presenta
su «propuesta» (esta si es una palabra que les gustaba) y es otro
quien hace la pieza final. Incluso eliminan todo rastro de su huella, de
autoría.
El minimalismo es, como toda forma de arte, un
intento de poner un poco de orden en un mundo caótico. Es el último
movimiento de la modernidad. Después de ellos, llegaría la posmodernidad.
Artistas Representativos: Sol LeWitt, Yayoi
Kusama, Frank Stella, Ad Reinhardt
Dots Obsession de Yayoi Kusama
Acción
1960
Has de tratar al cuerpo, no como quien vive
con él, que es necedad, ni como quien vive por él, que es delito, sino como
quien no puede vivir sin él (Francisco de Quevedo)
La performance es también un arte,
claro. Pero es un arte imprevisible, efímero e intenso. Algo así como el siglo
XX que la vio nacer.
Es actuar para buscar una reacción
por parte del público, buscar el asombro o la provocación. La obra ya no es un
objeto (algo que lo relaciona con el arte conceptual), ahora la obra es el
sujeto. Actuar, por supuesto, se lleva haciendo desde hace milenios. Fueron las
vanguardias del siglo XX las primeras en acercarse al arte. Los futuristas, constructivistas, dadaístas y surrealistas hicieron exhibiciones como
arte o para complementar su obra o sus propuestas.
Pero para encontrar el origen del
termino arte en acción hay que remontarse a los años 50 en
el Black Mountain College de Carolina del Norte, donde el
músico John Cage y el coreógrafo Merce Cunningham -entre
otros- protagonizaron algunas de esas acciones que, más tarde, se llegarían a
considerar como auténticos happenings.
Por cierto, un happening se
diferencia de la performance en que carece de comienzo, ni medio, ni
fin estructurados. Es una acción abierta y fluida. Una obra de
arte improvisada. Sólo se da una vez y luego desaparece para siempre,
siendo la más pura expresión del arte efímero.
Los happenings desencadenarían en
las performances, que requieren la presencia tanto del artista como
de espectadores para llevar a cabo sus obras (las principales corrientes: Fluxus, el Body Art,
el Accionismo vienés…). Estas acciones necesitan por lo general accesorios y un
guion más o menos preciso, aunque desde luego la improvisación es casi necesaria.
No se deja todo al azar en una performance, pero el caos está ahí
siempre a la vuelta de la esquina.
Tanto el happening (acontecimiento,
suceso) como la performance necesita la participación de los
«espectadores» (que dejan de ser sujetos pasivos). El público participa en la
obra, y eso es bastante revolucionario.
Ahora la crítica…
Lo cierto es que la mayoría de acciones
artísticas se disfrazan con argumentos para ocultar su vacío. Sin
estos argumentos, jamás podrían ser vistas como arte. Y los argumentos débiles
para cuestionamientos fáciles están a la orden del día.
Cada vez son obras más repetitivas, que a
veces rozan el ridículo (sobre todo las más serias), investigan sobre
obviedades y a menudo se llegan a conclusiones artificiales.
La mayoría de ellas no aportan nada, ni al
arte, ni a la experiencia estética. Cada vez son más políticamente correctas,
ya no provocan, que era el objetivo inicial. Fue un movimiento que surgió
para romper (como todos los movimientos del arte), y que no requería de
comprensión, pero ha degenerado en obras que acumulan explicaciones y discursos
vacíos.
En muchas vemos la multiplicación de
propuestas en las que se evade la responsabilidad de hacer arte con oficio, sin
mostrar talento o técnica.
Estamos, por así decirlo, ante un movimiento
en decadencia. Pero el cuerpo sigue ahí. El cuerpo siempre ha sido para el arte
una herramienta y objeto de estudio. Así que no perdamos la esperanza. La
acción artística siempre seguirá ahí. Lo que hay que hacer es superar la
mediocridad y llevarla a algo nuevo. Hacer que evolucione el arte.
Artistas Representativos: Marina Abramović , Gina Pane, Chris
Burden
Balkan Erotic Epic de Marina Abramović
Hiperrealismo
1965
Un buen pintor ha de dar el paso de copiar las
cosas a tratar de entenderlas. ¡Qué diferencia tan grande existe entre copiar
lo más fielmente y entender qué es lo que es aquello! (Antonio López)
El hiperrealismo (llamado realismo
radical por algunos), y sus variantes: fotorrealismo, realismo conceptual,
posminimalismo… Un arte basado casi exclusivamente en el
virtuosismo nacido a finales de los años 60. Debemos suponer que un arte
que quiere copiar la realidad milímetro a milímetro, átomo a átomo,
es un arte que busca explícitamente la objetividad
radicalizada, aunque no deja de ser también explícitamente una
representación: pintura, escultura o lo que sea que «maneje» tan bien el
artista de turno.
Porque sí, los hiperrealistas son unos tipos
que pintan o esculpen muy bien. Dominan su oficio y nos lo restriegan
en la cara a nosotros, pobres espectadores, que no podemos más que
asombrarnos ante semejante dominio técnico.
Pero aparte de dominio técnico, el arte
necesita otra cosa. Otra cosa más importante. Quizás lo realmente importante.
Porque de otra manera, podríamos decir que el hiperrealismo no dista mucho
de la taxidermia.
El arte hiperrealista busca algo imposible:
la perfección, aunque lo haga sólo para mostrar perfectamente lo
banal, siguiendo un poco lo que habían empezado años antes los Pop.
En el hiperrealismo no suele haber
huellas de pinceladas, se elimina toda materia. Se elimina incluso toda
emoción o sentimiento. Con ello asumimos que se quiere parecer a la quizás
mucho menos realista fotografía.
Artistas Representativos: Mary Pratt, Chuck
Close, Ron Mueck, Isabel Quintanilla
Calaveras Gigantes de Ron Mueck
Postmodernidad
1975
Moe:
Es posmou.
Carl, Lenny y Homer: ¿…?
Moe: Posmouderno.
Carl, Lenny y Homer: ¿…?
Moe: Cosas raras porque sí.
Carl, Lenny y Homer: ¡Ah…! Moe Szyslak
Otra vez los Simpsons dan en la
diana y definen a la perfección otro de los aspectos de nuestra sociedad. Por
cierto, los Simpsons es algo bastante postmoderno…
Etimológicamente
la postmodernidad (o postmodernismo) hace alusión al arte
realizado después del modernismo, es decir, después de los años 60,
contando el minimalismo como
el último movimiento moderno.
Mientras la modernidad buscaba continuamente
una forma universal de creación, los postmodernos no eran tan
optimistas. Ya sabían de qué iba todo, estaban de vuelta de todo. Ya
habían visto lo ocurrido con todos los movimientos anteriores, como caducaban.
Ya habían visto fracasar a los grandes sistemas políticos e ideológicos. Habían
visto como pasaban de moda y se marchitaban las grandes corrientes culturales.
El humano postmoderno se vuelve más
individualista y menos idealista. Pasa de ideologías, el progreso ya no es
un concepto a tener en cuenta. Sabe que al final ha triunfado el materialismo y
el consumismo. Sabe que los medios mienten para que siga así. Sabe que somos
una sociedad de masas formada por individuos ajenos a las preocupaciones y los
problemas de la misma.
Es por ello que los postmodernistas no se
mojan demasiado. Mientras que la modernidad tenía los límites muy precisos, la
postmodernidad es difusa, borrosa. Carece de unos contornos definidos. Es
ambigüa, es falsa, es viperina y venenosa. Parece trivial, tonta, pero en su
conjunto no lo es…
La postmodernidad se caracteriza por su
cinismo, en el sentido de no creer demasiado en la sinceridad o bondad
humana, ni en sus motivaciones ni en sus acciones, y expresa esta actitud
mediante la ironía y la burla. Los postmodernos suelen presentar una astuta
insolencia y una evidente distancia cínica.
La postmodernidad se caracteriza por su
relativismo. No existen las verdades absolutas. Todo es relativo, no
existe una verdad universal ni objetiva. Y eso implica desde el arte y las
ideas que se tenían de belleza, hasta la moral, pues ahora no hay bien o mal
absolutos, sino dependientes de circunstancias concretas.
La postmodernidad se caracteriza por ser
juguetona. Son muy graciosillos los artistas postmodernos y siempre que
pueden sacan a relucir su espíritu lúdico. Siempre que pueden nos enseñan su
ironía mordaz. El sarcasmo es una de las principales herramientas postmodernas
y lo usan para estimular la admiración o la adversión del espectador, porque da
igual lo uno que lo otro. Sabían que todas las principales corrientes
artísticas habían sido vapuleadas al principio.
La postmodernidad se caracteriza por ser
subversiva. Los postmodernos son tipos que se nutrieron de todo el arte
anterior (o más bien de un «greatest hits» del arte anterior). Por
ello su arte está repleto de referencias, no sólo al arte, sino a
toda la cultura popular, que como ya demostró el Pop, era también digna de ser considerada
arte. Todo lo anterior lo mastican, lo traga, lo digieren… y bueno, ya sabemos
lo que pasa después… lo subvierten.
La postmodernidad es un collage de
referencias. Y por supuesto, el espectador disfruta más del arte
postmoderno si conoce las referencias. La postmodernidad recompensa el
conocimiento. Recompensa que el espectador sepa deconstruir los elementos
utilizados, sepa identificar sus fuentes… El artista postmoderno suele dejar
pistas sobre sus referencias. Miguitas de pan. Un poco de trabajo para que el
espectador no se duerma entre el sopor que puede llegar a ser el arte.
La postmodernidad implica la desaparición del
objeto. Y la aparición del concepto. Esto lo emparenta directamente con
el arte conceptual. Lo postmoderno suele ser un arte muy
intelectual, aunque a veces nos haga reír, o produzca vergüenza ajena.
La postmodernidad se caracteriza por su
superficialidad. Como no existe una respuesta única para nada (menos aún
para el arte), todo merece consideración. Ya todo vale. Desaparece
toda definición, y se funden significantes y significados. La superficie se
convierte en lo único importante, aunque con ello se quiera dar un mensaje
falso o contradictorio.
Evidentemente, a veces eso es precisamente lo
que critica la postmodernidad.
La cultura de la modernidad líquida ya no
tiene un populacho que ilustrar y ennoblecer, sino clientes que seducir (Zygmunt
Bauman)
Artistas Representativos: Cindy Sherman,
Charles Ray, Nadin Ospina, Sherrie Levine
Fortune Teller de Cindy Sherman
Street Art
1975
Modalidad de pintura libre, ilegal, y
generalmente urbana. Arte en la calle cuyo origen se remonta al imperio
romano con inscripciones en muros anónimas de carácter satírico o crítico.
Artistas Representativos: Keith Haring, Emory
Douglas, Jean-Michel Basquiat
Todo el poder para el pueblo. Las Panteras Negras de Emory Douglas
Land Art
1968
Híbrido entre la escultura y la arquitectura,
el Land Art surge del arte conceptual y el minimal para
crear un arte de la naturaleza en la naturaleza, generado a partir de
ella, con sus materiales (rocas, gravillas, tierra, ramas, arena… incluso el
viento o las mareas…) y su ubicación en entornos naturales.
El paisaje, por tanto, es un concepto fundamental.
Los artistas del Land Art coincidieron con el
nacimiento de una conciencia ecologista y la desaprobación por la
irresponsabilidad y los excesos del capitalismo. En ese sentido la
comercialización del Land Art es compleja, aunque todo se puede vender, claro.
Por lo general, es un arte que debe permanecer
donde está, y llegado el momento, erosionarse o transformarse como
todo en la naturaleza. Incluso desaparecer. Por ello, documentar el
proceso fue muy importante en esta corriente. Fotos, videos, mapas o
dibujos de la obra suelen ser tan importantes como la obra en sí.
El Land Art se basa en la alteración del
paisaje y la unión de este con el ser humano. Sirve para
establecer una relación y sobre todo una reflexión en lo que pintamos en este
mundo y lo dañinos o beneficiosos que podemos ser para él.
Artistas Representativos: Walter De María,
Eduardo Chillida, Andy Goldsworthy
Campo de Relámpagos de Walter de María
Arte Povera
1967–2020
O Arte Pobre. No pobre por ser de
mala calidad en sí, sino por el empleo de materiales muy
básicos, incluso efímeros, como trapos, periódicos, paja, ramas o piedras.
Por supuesto, no fueron los primeros en usar
materiales humildes, pero quizás sí los primeros en usarlos intencionadamente
tras la crisis económica que sufrió Italia tras el fugaz boom que siguió a la
II Guerra Mundial. Eso surge como un rechazo al consumismo de la
civilización moderna. Sabían que la industrialización y la mercantilización
iban a joder el arte. Y no se equivocaron.
Uniendo su tradición milenaria con el consumo
de masas, combinaron pasado y presente y fusionaron técnicas y
soportes considerando pintura, escultura, collage, instalación y performance
como la misma cosa. Arte y vida se dan la mano, como en la mayoría de
movimientos artísticos contemporáneos.
El material suele ser importante para los
artistas povera, desde su fabricación y manipulación a su relación con el
entorno. Es habitual que materiales industriales dialoguen con otros
naturales. La jerarquía de los materiales deja de existir.
Artistas Representativos: Eva Hesse,
Michelangelo Pistoletto, Lucio Fontana
La Venus de los Trapos de Michelangelo Pistoletto
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