La Foto de los Infames



La fotografía muestra los gestos en plena acción, que no escapan al momento histórico en el que son registrados. La mano derecha que se agarra del pupitre intentando levantarse es la de Lisandro de la Torre, que acaba de ser empujado por el ministro de Agricultura, Luis Duhau, que se lo ve de perfil con sus manos en ese claro movimiento. De frente y sosteniéndose con sus últimas fuerzas, luego de recibir tres disparos por la espalda, está el senador santafesino Enzo Bordabehere. Más atrás, el asesino disparando el arma, el ex comisario Ramón Valdéz Cora, quien era hombre de confianza de Duhau. Este episodio ocurrió el 23 de julio de 1935 en el Senado de la Nación Argentina.


Por Redacción La tinta

Quien se encuentra sobre la parte izquierda de la imagen y dirigiéndose hacia Valdez Cora es Federico Pinedo, Ministro de Hacienda del gobierno de Agustín P. Justo. Los dos ministros habían sido llevados al recinto para responder a las acusaciones de corrupción que surgían de las investigaciones que llevaba delante Leandro De la Torre.
En esa investigación se comprobaba el monopolio que ejercían en el comercio de la carne los frigoríficos ingleses y estadounidenses, la evasión de impuestos que realizaban y la complicidad de los funcionarios nacionales. Hechos que se venían sucediendo desde 1933, cuando el gobierno de Justo firmó con Inglaterra el pacto Roca-Runciman.
Luego de varios días de debate en el recinto, en el que los ministros presentaron sus artilugios para justificar lo que era un claro ejemplo de los tiempos políticos que se vivían, ocurrió lo inesperado. En una de las fervientes discusiones entre De la Torre y Pinedo, el senador salió de su lugar y bajó para interpelarlo pero antes es empujado por el ministro Luis Duhau. Inmediatamente entró en acción Enzo Bordabehere para defender a su amigo que estaba tirado en suelo, es ahí cuando recibe los tres disparos por la espalda por parte de Ramón Valdéz Cora.
El asesino fue detenido, llevado a juicio y condenado a 20 años de presión pero jamás se habló de los instigadores de este crimen. Una imagen que refleja el momento histórico que conocemos como la Década Infame.


Fragmento de la novela historiográfica: Juan B. Maciel, cuando el descuido nos omite

...El arte de vivir consiste que hasta los sepultureros lamenten tu muerte - les repetía Maciel hasta el cansancio parafraseando a Twain. – “Para cambiar el ordenamiento social existente no alcanza solamente con acceder al gobierno, es necesario detentar el poder y eso no se hace conversando dentro de los comités. Hay que embarrarse, sentir lo que el pueblo siente, padecer el dolor como norma solidaria. Es imprescindible lograr que las masas se identifiquen con sus necesidades, atentas por descubrir las distintas máscaras con las que se oculta el enemigo de la patria” -. También veía con buen ojo a De la Torre. Pero lo notaba solo e improvisado desde que se alejara del partido en el dieciséis por diferencias con el Peludo, duelo mediante. Luego del asesinato de su alfil político en el Senado a manos del sicario conservador y ex Comisario Valdez Cora, quien vaya guiño del destino supo cumplir funciones en Coronel Dorrego desde fines del treinta hasta Enero del treinta y uno, era muy poco lo que se le podía exigir al viejo caudillo santafesino. Su dolor superaba cualquier instancia de continuidad.

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