En el día de la
fecha hemos tenido la grata experiencia de participar, por primera vez y de
manera orgánica, en una reunión de referentes de cada uno de los partidos y o
agrupaciones que componen Unidad Ciudadana de Coronel Dorrego en su placentera y agradable sede partidaria. Por fuera de lo activo, ágil y enriquecedor del debate, cuestión que a la vista de los presentes
era más que previsible, en donde los tópicos fluctuaron desde el marco
internacional hasta la política doméstica, sus ideas y protagonistas,
encontramos una predisposición y bienvenida que agradecemos por sobre todas las
cuestiones políticas, sean ellas lecturas que nos acercan o nos diferencian. Esa
es la fortuna máxima que posee Unidad Ciudadana de Coronel Dorrego: la diversidad
enriquece cuando las ideas fuerza se ponen sobre la mesa y se las deposita
buenamente a favor de deconstruirlas sin que medien los egoísmos. No nos
sentimos extraños ni minimizados como en otras oportunidades en donde
procuraron de nuestros esfuerzos intelectuales, apoyos y adhesiones, el lenguaje era el mismo, inclusivo,
no sectario, no cuántico, la calidad y la claridad dialéctica fueron el sujeto,
el verbo y el predicado. Hasta sospecho que abusamos de nuestra posición de
recién arribados para exagerar usurariamente del tiempo discursivo. Es que el
entusiasmo sobrepasó el debido y recomendable apocamiento que estos cónclaves
ameritan. Gracias a todos por la comprensión, el trato y el respeto recibido a
pesar de nuestras modestas cotas analíticas y de nuestros incómodos y emotivos
decibeles retóricos. Es que hubo mucho tiempo de afonía, traiciones y desilusión.
Sin duda hoy recuperamos nuestro tono, las lealtades prevalecieron por sobre
los traidores que jamás olvidaremos, y la esperanza nos volvió a recitar en el
oído una breve y humana poesía.
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